¿Quién fue Roberto Clemente?

Translated by Yanitzia Canetti
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On sale Oct 18, 2022 | 59 Minutes | 9780593634509
Age 8-12 years | Grades 3-7
La trayectoria relámpago de Roberto Clemente, que pasó de ser un adolescente con talento a un deportista legendario, es una historia para los libros de récords. Descubra cómo un joven de Puerto Rico se convirtió en un MVP, un Todos Estrellas y el primer latinoamericano en el Salón de la Fama del Béisbol.

Roberto Clemente, el menor de siete hermanos en Puerto Rico, tenía talento para el béisbol. Su increíble habilidad pronto lo llevó a las Grandes Ligas, donde pasó 18 temporadas jugando en el jardín derecho de los Piratas de Pittsburgh. ¿Quién fue Roberto Clemente? cuenta la historia de este extraordinario deportista: 12 veces Todos Estrella, MVP de la Serie Mundial y primer latinoamericano incluido en el Salón de la Fama del Béisbol.
 
ENGLISH DESCRIPTION

Roberto Clemente's whirlwind journey from talented teen to legendary sportsman is one for the record books. Learn how a young boy from Puerto Rico became an MVP, All-Star, and the first Latin American in the Baseball Hall of Fame in this Spanish edition of the WHO HQ series.


Growing up the youngest of seven children in Puerto Rico, Roberto Clemente had a talent for baseball. His incredible skill soon got him drafted into the big leagues where he spent 18 seasons playing right field for the Pittsburgh Pirates. Who Was Roberto Clemente? tells the story of this remarkable athlete: a 12 time All-Star, World Series MVP, and the first Latin American inducted into the Baseball Hall of Fame.
¿Quién fue Roberto Clemente?
 
  
En un soleado día de otoño de 1952, en Puerto Rico, Roberto Clemente llegó a un terreno de béisbol con unos pantalones de béisbol rotos y desgastados. El joven de dieciocho años llevaba su viejo guante y una gorra con una larga visera. La mayor parte del campo era tierra. Las pelotas de béisbol que había allí eran muy viejas y usadas. Pero eso no le importaba a los cerca de setenta jóvenes jugadores que se habían presentado ese día. Todos tenían el mismo objetivo: ser descubiertos por un cazatalentos de un equipo de las Grandes Ligas. Aquel año, dieciséis equipos con sede en Estados Unidos formaban las Grandes Ligas, ocho en la Liga Americana y ocho en la Nacional. Para jóvenes peloteros como Roberto, llegar a las Mayores sería un sueño hecho realidad.
 
Durante las siguientes horas, Roberto hizo todo lo que pudo para alcanzar ese sueño. Hizo tiros largos y perfectos desde los jardines. Recorrió las bases más rápido que cualquier otro jugador. Corrió 60 yardas en 6,4 segundos (muy cerca del récord mundial de la época: ¡6,1 segundos!). Y conectó una línea tras otra. Después de ver la actuación de Roberto, los cazatalentos sabían que tenía las habilidades necesarias para llegar algún día a las Grandes Ligas. Un cazatalentos que reclutaba para los Dodgers de Brooklyn dijo: “Roberto es el atleta con mejores condiciones naturales que he visto nunca”.
 
Un año después, su sueño de Grandes Ligas se hizo realidad. Firmó con los Dodgers de Brooklyn y comenzó una de las carreras más destacadas de la historia del béisbol. Además, trabajó duro para hacer realidad los sueños de otras miles de personas.
 
 
Capítulo 1: Un bate de la rama de un guayabo
 
 
En un pueblo llamado Carolina, en el extremo noreste de la isla de Puerto Rico, nació Roberto Clemente Walker, el 18 de agosto de 1934. Como muchas personas de la isla, adoptó los apellidos de su padre y de su madre. Sin embargo, durante toda su vida, fue conocido por el apellido de su padre, Clemente.
 
Sus padres, Melchor y Luisa, tuvieron cinco hijos. Roberto era el más joven. Lamentablemente, su hermana mayor, Anairis, murió cuando él era muy joven. Se quemó en un accidente doméstico y nunca se recuperó de sus heridas.
 
Pero Roberto tenía tres hermanos mayores. También tenía un medio hermano y una medio hermana, hijos de Luisa de su primer matrimonio. Con una familia tan grande, siempre había alguien con quien jugar. Y a lo que jugaban era al béisbol.
 
“Yo amaba el béisbol más que a nada en el mundo”, dijo Roberto años después. “Jugábamos el día entero y no nos importaba si nos perdíamos el almuerzo. Jugábamos hasta que era completamente de noche y no se veía”.
 
Roberto se ganó un apodo familiar para toda la vida en estos años. No le gustaban las prisas y a menudo decía: “Momentito, momentito”. Por ello, sus amigos y familiares lo bautizaron con el apodo de “Momen”.
 
Momen y sus amigos y hermanos jugaban al béisbol después del colegio y los fines de semana. Ellos no tenían equipos establecidos y creaban sus propias reglas. Se hacían sus propios implementos de juego. Roberto fabricaba pelotas de béisbol envolviendo calcetines viejos o trapos muy apretados con un cordel y luego cosiendo un trozo de tela sobre los calcetines. Los muchachos tallaban bates de béisbol con las ramas de los árboles de guayaba. A veces bateaban latas de aluminio aplastadas. Para hacer los guantes, cosían la tela de viejos sacos de café.
 
Luisa Walker amaba a su hijo, y le preocupaba que se centrara demasiado en el béisbol. “Había veces que estaba tan obsesionado con el béisbol que ni siquiera le importaba comer”, decía. De hecho, una vez intentó quemarle su bate, pero Roberto lo rescató de las llamas.
 
Todo ese intenso juego muy pronto convirtió a Roberto en uno de los mejores jugadores jóvenes de béisbol de Carolina. En un álbum de recuerdos, escribió sobre un partido de siete horas y media en el que pegó diez jonrones. Crecía y se fortalecía rápidamente y podía lanzar una pelota de béisbol más fuerte y más lejos que ningún otro jugador. También veía mucho béisbol. Para ir a un partido, su padre le daba veinticinco centavos. Una entrada para el partido costaba quince centavos y el billete de ida y vuelta en autobús, un real.
 
En invierno, el clima de Puerto Rico era muy agradable. Los mejores jugadores de Estados Unidos iban a menudo a jugar en la liga profesional de Puerto Rico. Era una forma de mantenerse en forma durante la temporada baja. Roberto observaba esos equipos, incluido su equipo favorito, los Senadores de San Juan. Los Senadores jugaban en la capital de la isla, San Juan, no muy lejos de Carolina.
 
Aparte del béisbol, la familia era lo más importante para Roberto. Sus familiares se reunían la mayoría de las noches para contar historias o escuchar la radio. Su hermano Justino recordaba que su familia no conocía a ninguna otra que tuviese una radio. Los Clemente no eran pobres, pero estaban muy lejos de ser ricos. Su padre, Melchor, trabajaba en un ingenio azucarero y su madre, Luisa, lavaba la ropa de los vecinos. Roberto y sus hermanos a veces ganaban algún dinero llevándoles agua a los macheteros en los cañaverales. Y Luisa tenía un pequeño mercado en la puerta de su casa para generar un ingreso adicional.
 
Roberto era conocido como un niño siempre dispuesto a ayudar. Cuando tenía once años, iba a una escuela que no estaba cercada. Quería proteger su escuela y a los alumnos. Así que reunió a sus amigos y vecinos para recaudar dinero para construir la cerca. Cuando tenía doce años, ayudó a sacar a un herido de un coche en llamas en un accidente. ¡Tuvo que cruzar la autopista para llegar al lugar del choque!
 
Cuando tenía catorce años, Roberto Marín, mánager del equipo de softball de una empresa arrocera local, lo vio jugar. La mayoría de los jugadores del equipo eran hombres adultos que jugaban después del trabajo y los fines de semana. Marín se dio cuenta de que Roberto podía jugar con ellos. En 1948, cuando él se unió al equipo de la fábrica de arroz Sello Rojo, dio su primer gran paso hacia su brillante futuro en el béisbol.
 
  
Capítulo 2: ¡Llegaron los Cangrejeros!
 
 
Aunque Roberto era el campo corto estrella del equipo de softball de adultos Sello Rojo, ayudaba al equipo de atletismo de su escuela con su poderoso brazo de lanzar. Era tan bueno en el lanzamiento de la jabalina que ¡incluso hubiese podido participar en las Olimpiadas! Pero en su último año de la escuela secundaria, escogió seguir con el béisbol, su pasión, y dejó la jabalina.
 
Mientras estaba en la escuela secundaria, Roberto continuó mejorando en el béisbol para acabar ingresando en los Cangrejeros de Santurce. El Santurce jugaba en la principal liga de béisbol profesional de Puerto Rico. Estos hombres se ganaban la vida jugando al béisbol. El equipo estaba dirigido por Pedro Zorrilla, un hombre que llegaría a ser conocido como “Mr. Baseball” en Puerto Rico. En el otoño de 1952, le pagaba a Roberto cuarenta dólares a la semana para que jugara en su equipo.
 
Los Cangrejeros incluían a buenos jugadores de Puerto Rico y Estados Unidos. Algunos jugaban o habían jugado en las Grandes Ligas. Su entrenador, Buster Clarkson, había sido jugador de cuadro en las Ligas Negras de Estados Unidos. Él ayudó mucho a Roberto a mejorar su juego. Roberto dijo: “Buster solía decirme que soy tan bueno como cualquiera en las Grandes Ligas”.
 
Menos de un mes después de debutar con los Cangrejeros, Roberto fue a una prueba de las Grandes Ligas. Tiró más fuerte y corrió más rápido que los otros jugadores. Era tan impresionante que varios equipos querían ficharlo. Pero, todavía estaba en el instituto. Para Roberto y los cazatalentos que estaban allí ese día, la prueba fue solo una señal de lo que estaba por venir.
 
En el invierno de 1953-­1954, cuando Roberto terminó la escuela secundaria, tuvo la edad suficiente para ir en busca de su mayor objetivo: firmar con un equipo de las Grandes Ligas. Los equipos profesionales de Puerto Rico eran buenos, pero las Grandes Ligas de Estados Unidos eran la cima del mundo del béisbol. Los cazatalentos lo habían visto jugar con los Cangrejeros. Varios clubes de las Grandes Ligas le ofrecieron contratos. En nombre de Roberto, su padre, Melchor, aceptó un acuerdo con los Dodgers de Brooklyn, que jugaban en Nueva York. Roberto recibió una bonificación de 10 000 dólares por su primera temporada, que comenzaría en la primavera de 1954. Poco después, los Bravos de Milwaukee le ofrecieron 30 000 dólares, pero él se quedó con Brooklyn. Podría haber rechazado la oferta más baja de los Dodgers, pero, como dijo más tarde: “Fue difícil, pero les había dado mi palabra a los Dodgers”. Para Roberto, mantener su palabra era más importante que cualquier cantidad de dinero.
 
Sin embargo, la siguiente parada de Roberto no fue en Brooklyn. Fue en el lejano Canadá.
James Buckley Jr. is a prolific author of nonfiction for young readers, with more than 150 books to his credit (and still typing!). He is the author of more than a dozen titles in the New York Times bestselling Who Was? biography series, including books on the Wright Brothers, Milton Hershey, Betsy Ross, Jules Verne, and Blackbeard. View titles by James Buckley, Jr.
Who HQ is your headquarters for history. The Who HQ team is always working to provide simple and clear answers to some of our biggest questions. From Who Was George Washington? to Who Is Michelle Obama?, and What Was the Battle of Gettysburg? to Where Is the Great Barrier Reef?, we strive to give you all the facts. Visit us at WhoHQ.com View titles by Who HQ

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La trayectoria relámpago de Roberto Clemente, que pasó de ser un adolescente con talento a un deportista legendario, es una historia para los libros de récords. Descubra cómo un joven de Puerto Rico se convirtió en un MVP, un Todos Estrellas y el primer latinoamericano en el Salón de la Fama del Béisbol.

Roberto Clemente, el menor de siete hermanos en Puerto Rico, tenía talento para el béisbol. Su increíble habilidad pronto lo llevó a las Grandes Ligas, donde pasó 18 temporadas jugando en el jardín derecho de los Piratas de Pittsburgh. ¿Quién fue Roberto Clemente? cuenta la historia de este extraordinario deportista: 12 veces Todos Estrella, MVP de la Serie Mundial y primer latinoamericano incluido en el Salón de la Fama del Béisbol.
 
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Roberto Clemente's whirlwind journey from talented teen to legendary sportsman is one for the record books. Learn how a young boy from Puerto Rico became an MVP, All-Star, and the first Latin American in the Baseball Hall of Fame in this Spanish edition of the WHO HQ series.


Growing up the youngest of seven children in Puerto Rico, Roberto Clemente had a talent for baseball. His incredible skill soon got him drafted into the big leagues where he spent 18 seasons playing right field for the Pittsburgh Pirates. Who Was Roberto Clemente? tells the story of this remarkable athlete: a 12 time All-Star, World Series MVP, and the first Latin American inducted into the Baseball Hall of Fame.

Excerpt

¿Quién fue Roberto Clemente?
 
  
En un soleado día de otoño de 1952, en Puerto Rico, Roberto Clemente llegó a un terreno de béisbol con unos pantalones de béisbol rotos y desgastados. El joven de dieciocho años llevaba su viejo guante y una gorra con una larga visera. La mayor parte del campo era tierra. Las pelotas de béisbol que había allí eran muy viejas y usadas. Pero eso no le importaba a los cerca de setenta jóvenes jugadores que se habían presentado ese día. Todos tenían el mismo objetivo: ser descubiertos por un cazatalentos de un equipo de las Grandes Ligas. Aquel año, dieciséis equipos con sede en Estados Unidos formaban las Grandes Ligas, ocho en la Liga Americana y ocho en la Nacional. Para jóvenes peloteros como Roberto, llegar a las Mayores sería un sueño hecho realidad.
 
Durante las siguientes horas, Roberto hizo todo lo que pudo para alcanzar ese sueño. Hizo tiros largos y perfectos desde los jardines. Recorrió las bases más rápido que cualquier otro jugador. Corrió 60 yardas en 6,4 segundos (muy cerca del récord mundial de la época: ¡6,1 segundos!). Y conectó una línea tras otra. Después de ver la actuación de Roberto, los cazatalentos sabían que tenía las habilidades necesarias para llegar algún día a las Grandes Ligas. Un cazatalentos que reclutaba para los Dodgers de Brooklyn dijo: “Roberto es el atleta con mejores condiciones naturales que he visto nunca”.
 
Un año después, su sueño de Grandes Ligas se hizo realidad. Firmó con los Dodgers de Brooklyn y comenzó una de las carreras más destacadas de la historia del béisbol. Además, trabajó duro para hacer realidad los sueños de otras miles de personas.
 
 
Capítulo 1: Un bate de la rama de un guayabo
 
 
En un pueblo llamado Carolina, en el extremo noreste de la isla de Puerto Rico, nació Roberto Clemente Walker, el 18 de agosto de 1934. Como muchas personas de la isla, adoptó los apellidos de su padre y de su madre. Sin embargo, durante toda su vida, fue conocido por el apellido de su padre, Clemente.
 
Sus padres, Melchor y Luisa, tuvieron cinco hijos. Roberto era el más joven. Lamentablemente, su hermana mayor, Anairis, murió cuando él era muy joven. Se quemó en un accidente doméstico y nunca se recuperó de sus heridas.
 
Pero Roberto tenía tres hermanos mayores. También tenía un medio hermano y una medio hermana, hijos de Luisa de su primer matrimonio. Con una familia tan grande, siempre había alguien con quien jugar. Y a lo que jugaban era al béisbol.
 
“Yo amaba el béisbol más que a nada en el mundo”, dijo Roberto años después. “Jugábamos el día entero y no nos importaba si nos perdíamos el almuerzo. Jugábamos hasta que era completamente de noche y no se veía”.
 
Roberto se ganó un apodo familiar para toda la vida en estos años. No le gustaban las prisas y a menudo decía: “Momentito, momentito”. Por ello, sus amigos y familiares lo bautizaron con el apodo de “Momen”.
 
Momen y sus amigos y hermanos jugaban al béisbol después del colegio y los fines de semana. Ellos no tenían equipos establecidos y creaban sus propias reglas. Se hacían sus propios implementos de juego. Roberto fabricaba pelotas de béisbol envolviendo calcetines viejos o trapos muy apretados con un cordel y luego cosiendo un trozo de tela sobre los calcetines. Los muchachos tallaban bates de béisbol con las ramas de los árboles de guayaba. A veces bateaban latas de aluminio aplastadas. Para hacer los guantes, cosían la tela de viejos sacos de café.
 
Luisa Walker amaba a su hijo, y le preocupaba que se centrara demasiado en el béisbol. “Había veces que estaba tan obsesionado con el béisbol que ni siquiera le importaba comer”, decía. De hecho, una vez intentó quemarle su bate, pero Roberto lo rescató de las llamas.
 
Todo ese intenso juego muy pronto convirtió a Roberto en uno de los mejores jugadores jóvenes de béisbol de Carolina. En un álbum de recuerdos, escribió sobre un partido de siete horas y media en el que pegó diez jonrones. Crecía y se fortalecía rápidamente y podía lanzar una pelota de béisbol más fuerte y más lejos que ningún otro jugador. También veía mucho béisbol. Para ir a un partido, su padre le daba veinticinco centavos. Una entrada para el partido costaba quince centavos y el billete de ida y vuelta en autobús, un real.
 
En invierno, el clima de Puerto Rico era muy agradable. Los mejores jugadores de Estados Unidos iban a menudo a jugar en la liga profesional de Puerto Rico. Era una forma de mantenerse en forma durante la temporada baja. Roberto observaba esos equipos, incluido su equipo favorito, los Senadores de San Juan. Los Senadores jugaban en la capital de la isla, San Juan, no muy lejos de Carolina.
 
Aparte del béisbol, la familia era lo más importante para Roberto. Sus familiares se reunían la mayoría de las noches para contar historias o escuchar la radio. Su hermano Justino recordaba que su familia no conocía a ninguna otra que tuviese una radio. Los Clemente no eran pobres, pero estaban muy lejos de ser ricos. Su padre, Melchor, trabajaba en un ingenio azucarero y su madre, Luisa, lavaba la ropa de los vecinos. Roberto y sus hermanos a veces ganaban algún dinero llevándoles agua a los macheteros en los cañaverales. Y Luisa tenía un pequeño mercado en la puerta de su casa para generar un ingreso adicional.
 
Roberto era conocido como un niño siempre dispuesto a ayudar. Cuando tenía once años, iba a una escuela que no estaba cercada. Quería proteger su escuela y a los alumnos. Así que reunió a sus amigos y vecinos para recaudar dinero para construir la cerca. Cuando tenía doce años, ayudó a sacar a un herido de un coche en llamas en un accidente. ¡Tuvo que cruzar la autopista para llegar al lugar del choque!
 
Cuando tenía catorce años, Roberto Marín, mánager del equipo de softball de una empresa arrocera local, lo vio jugar. La mayoría de los jugadores del equipo eran hombres adultos que jugaban después del trabajo y los fines de semana. Marín se dio cuenta de que Roberto podía jugar con ellos. En 1948, cuando él se unió al equipo de la fábrica de arroz Sello Rojo, dio su primer gran paso hacia su brillante futuro en el béisbol.
 
  
Capítulo 2: ¡Llegaron los Cangrejeros!
 
 
Aunque Roberto era el campo corto estrella del equipo de softball de adultos Sello Rojo, ayudaba al equipo de atletismo de su escuela con su poderoso brazo de lanzar. Era tan bueno en el lanzamiento de la jabalina que ¡incluso hubiese podido participar en las Olimpiadas! Pero en su último año de la escuela secundaria, escogió seguir con el béisbol, su pasión, y dejó la jabalina.
 
Mientras estaba en la escuela secundaria, Roberto continuó mejorando en el béisbol para acabar ingresando en los Cangrejeros de Santurce. El Santurce jugaba en la principal liga de béisbol profesional de Puerto Rico. Estos hombres se ganaban la vida jugando al béisbol. El equipo estaba dirigido por Pedro Zorrilla, un hombre que llegaría a ser conocido como “Mr. Baseball” en Puerto Rico. En el otoño de 1952, le pagaba a Roberto cuarenta dólares a la semana para que jugara en su equipo.
 
Los Cangrejeros incluían a buenos jugadores de Puerto Rico y Estados Unidos. Algunos jugaban o habían jugado en las Grandes Ligas. Su entrenador, Buster Clarkson, había sido jugador de cuadro en las Ligas Negras de Estados Unidos. Él ayudó mucho a Roberto a mejorar su juego. Roberto dijo: “Buster solía decirme que soy tan bueno como cualquiera en las Grandes Ligas”.
 
Menos de un mes después de debutar con los Cangrejeros, Roberto fue a una prueba de las Grandes Ligas. Tiró más fuerte y corrió más rápido que los otros jugadores. Era tan impresionante que varios equipos querían ficharlo. Pero, todavía estaba en el instituto. Para Roberto y los cazatalentos que estaban allí ese día, la prueba fue solo una señal de lo que estaba por venir.
 
En el invierno de 1953-­1954, cuando Roberto terminó la escuela secundaria, tuvo la edad suficiente para ir en busca de su mayor objetivo: firmar con un equipo de las Grandes Ligas. Los equipos profesionales de Puerto Rico eran buenos, pero las Grandes Ligas de Estados Unidos eran la cima del mundo del béisbol. Los cazatalentos lo habían visto jugar con los Cangrejeros. Varios clubes de las Grandes Ligas le ofrecieron contratos. En nombre de Roberto, su padre, Melchor, aceptó un acuerdo con los Dodgers de Brooklyn, que jugaban en Nueva York. Roberto recibió una bonificación de 10 000 dólares por su primera temporada, que comenzaría en la primavera de 1954. Poco después, los Bravos de Milwaukee le ofrecieron 30 000 dólares, pero él se quedó con Brooklyn. Podría haber rechazado la oferta más baja de los Dodgers, pero, como dijo más tarde: “Fue difícil, pero les había dado mi palabra a los Dodgers”. Para Roberto, mantener su palabra era más importante que cualquier cantidad de dinero.
 
Sin embargo, la siguiente parada de Roberto no fue en Brooklyn. Fue en el lejano Canadá.

Author

James Buckley Jr. is a prolific author of nonfiction for young readers, with more than 150 books to his credit (and still typing!). He is the author of more than a dozen titles in the New York Times bestselling Who Was? biography series, including books on the Wright Brothers, Milton Hershey, Betsy Ross, Jules Verne, and Blackbeard. View titles by James Buckley, Jr.
Who HQ is your headquarters for history. The Who HQ team is always working to provide simple and clear answers to some of our biggest questions. From Who Was George Washington? to Who Is Michelle Obama?, and What Was the Battle of Gettysburg? to Where Is the Great Barrier Reef?, we strive to give you all the facts. Visit us at WhoHQ.com View titles by Who HQ