¿Quién es Michael Jordan? Faltaba menos de un minuto para el final del último partido del campeonato universitario de baloncesto de 1982. Los Hoyas, el equipo masculino de la Universidad de Georgetown, tenía una ventaja de un punto sobre sus rivales, los Tar Heels de la Universidad de Carolina del Norte. Faltando 32 segundos, el entrenador de Carolina, Dean Smith, pidió un tiempo para discutir con sus jugadores sus próximos movimientos.
El equipo, con sus uniformes blancos y azules, se reunió en torno a su entrenador. Él sabía que
Georgetown bloquearía fuertemente a James Worthy y a Sam Perkins, las dos grandes estrellas de su equipo. El entrenador Smith tenía que decidir quién más podía intentar anotar una canasta si Worthy y Perkins no podían librarse de los defensores. Pensó que el equipo debía intentar hacer llegar el balón a Michael.
Michael Jordan era un novato de 19 años en la UNC, en 1982. El entrenador Dean Smith rara vez dejaba jugar a los estudiantes de primer año. Pensaba que los de primer año debían observar y aprender antes de estar listos para jugar al baloncesto de alto nivel.
Pero Michael se destacaba. Era rápido y podía saltar muy alto. Era fuerte, enérgico y le gustaba trabajar y aprender. Practicaba mucho y escuchaba las instrucciones de sus entrenadores. El entrenador Smith sabía que era diferente. Puso a Michael en la alineación titular en el primer juego, y allí se quedó todo el año.
Ahora, faltando solo segundos en el reloj, el entrenador Smith iba a confiar la oportunidad del equipo de ganar el campeonato al novato Michael Jordan. Todos sabían que tenía el talento para hacer el tiro. Pero aún más importante, tenía la confianza. Algunos atletas estarían asustados por este gran momento. Podrían tener miedo de cometer un error. Y no querrían ser los que perdieran el juego. Michael era otro tipo de atleta. Él quería hacer el tiro.
El tiempo terminó y los jugadores se prepararon para volver a la cancha. Su entrenador solo tenía que decir una cosa: “Métela, Michael”.
El reloj se puso en marcha. Los jugadores de Georgetown se abalanzaron sobre Worthy y Perkins. Michael esperaba en el otro lado de la cancha. Faltando 15 segundos, Jimmy Black le pasó el balón. Michael lo atrapó y saltó en el aire. El balón salió de sus manos y voló 16 pies hacia la canasta.
El balón entró y los Tar Heels tomaron ventaja de un punto. El público rugía.
Georgetown podía hacer otro tiro, pero sus jugadores no parecían poder anotar. El reloj llegó a cero. ¡Los Tar Heels eran los campeones del baloncesto universitario de 1982!
Después del partido, Michael le confesó a un periodista que no había sentido ninguna presión. Que fue un tiro más.
Ese fue el primer tiro ganador de un partido de Michael Jordan, pero no fue el último. Ganó 6 campeonatos de la NBA y dos medallas de oro olímpicas. Fue nombrado Jugador Más Valioso en 5 ocasiones y participó en 14 equipos del Todos Estrellas. Es considerado el mejor jugador de baloncesto de la historia y uno de los mejores deportistas de todos los tiempos.
Capítulo 1: Demasiado bajito Michael Jeffrey Jordan nació en Brooklyn, Nueva York, el 17 de febrero de 1963. Sus padres, James y Deloris, eran de Carolina del Norte. James había trasladado a la familia a Nueva York para que él pudiera ir a la escuela. Michael tenía un hermano mayor, James, conocido como Ronnie, y una hermana, Deloris, llamada Sis. Otro hermano, Larry, era solo un año mayor que él. La familia regresó a Carolina del Norte cuando Michael tenía 5 meses. Su hermana Roslyn nació al año siguiente.
En una familia de cinco hijos, Michael quería ser el centro de atención. Bailaba, cantaba, contaba chistes y hacía bromas. Su hermana decía que siempre le gustaba tener público.
Los Jordan se mudaron a Wilmington, Carolina del Norte, cuando Michael tenía 5 años para acercarse al trabajo de James en una planta de General Electric. A James le encantaba el béisbol, y les enseñó a Michael y a Larry a jugarlo desde pequeños. Pronto empezaron a jugar en las Ligas Menores. Luego, se interesaron por el baloncesto. Su padre instaló una canasta de baloncesto, y más tarde construyó una cancha para ellos.
Cuando Michael tenía 9 años, vio el partido de baloncesto por la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de 1972 entre EE. UU. y la URSS. Los estadounidenses perdieron. Michael le dijo a su madre: “Algún día estaré en las Olimpiadas y me aseguraré de que ganemos”.
Michael y Larry jugaban entre ellos cada vez que podían. Michael adoraba a Larry y lo admiraba, pero siempre quería ganarle cuando jugaban.
Todos sabían que Larry era un atleta fantástico. Era muy fuerte y rápido. Muchos pensaban que podría haber sido una estrella del baloncesto. Pero había un problema: los jugadores de baloncesto debían ser altos y Larry era bajito.
Pero Michael siguió creciendo y pronto fue más alto que Larry, y se convirtió en un destacado jugador de béisbol. A los 12 años, fue nombrado el jugador más valioso del estado cuando su equipo de la Liga Infantil ganó el campeonato.
Michael también siguió mejorando en el baloncesto. En 1977, entró en el noveno grado. Todas las mañanas, antes de ir a la escuela, practicaba el baloncesto con su amigo Leroy Smith. Medía unos cinco pies siete pulgadas. ¡Leroy era un pie más alto! Pero Michael era rápido y podía saltar muy alto. Ambos habían integrado el equipo de la escuela secundaria. En un partido, el equipo anotó 54 puntos. ¡Michael anotó 48 de ellos!
En 1978, Michael y Leroy comenzaron su segundo año en la secundaria Laney. Los dos hicieron una prueba para el equipo de baloncesto. Leroy lo consiguió y Michael no. Más tarde, los entrenadores dijeron que sabían lo bueno que era Michael, pero que la altura era muy importante. Y pensaban que necesitaban a alguien alto como Leroy para competir con otros equipos.
Pero Michael no sabía la razón. Solo sabía que no había entrado en el equipo. Se fue a casa y lloró solo en su habitación. Pensó en dejarlo para siempre, pero su madre lo animó a seguir. Michael siguió su consejo y jugó con el equipo junior durante su segundo año en Laney. Trabajó duro y dio un espectáculo, con una media de 28 puntos por partido. Era obvio el talento que tenía en la cancha.
Sin embargo, Michael estaba preocupado. Quería tener habilidades y ser más alto. Rezaba todos los días. Se colgaba de una barra, para estirarse. A los 16 años, medía 5 pies 10 pulgadas. Era más alto que la mayoría de los miembros de la familia Jordan, pero parecía poco probable que creciera mucho más que eso.
Entonces, un día, un primo vino a visitar a los Jordan. ¡Medía 6 pies 7 pulgadas! De repente, Michael tenía esperanzas: ¡había miembros más altos que él en la familia!
Michael tenía otra preocupación durante su segundo año: le dolían las rodillas. Su médico le hizo RX de las piernas y lo que descubrió eran buenas noticias. Los RX mostraban que estaba creciendo rápidamente y que crecería más. El dolor debía estar relacionado con su rápido crecimiento.
Cuando regresó para su tercer año en el otoño de 1979, Michael medía 6 pies 3 pulgadas y seguía creciendo. Entró fácilmente en el equipo de baloncesto de la escuela. Le propusieron dos números de camiseta. Él eligió el 23 porque esperaba ser la mitad de buen jugador que su hermano Larry, que llevaba el número 45.
Ahora tenía la altura que correspondía a sus habilidades. Y todos, dentro y fuera del instituto, empezaban a notarlo.
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