La receta de la felicidad / The Happiness Prescription

Las siete claves de la felicidad y la iluminación

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Paperback
$15.00 US
| $20.00 CAN
On sale Jan 11, 2011 | 144 Pages | 9780307741691
“Todo lo que tememos y deseamos cambiar puede transformarse mediante la felicidad, nuestro más simple anhelo y también el más profundo”. –Deepak Chopra
 
La felicidad es algo que todos deseamos, pero cómo encontrarla sigue siendo un misterio. En La receta de la felicidad, Deepak Chopra nos muestra siete claves para descubrir los verdaderos secretos de la alegría, llevándonos en un inspirador viaje hacia nuestro yo verdadero, el único lugar indiferente a los problemas y las desgracias.
 
“La finalidad de la vida es la expansión de la felicidad”, nos dice Chopra. Pero en el exigente mundo de hoy, lograr esta meta puede parecer difícil, si no completamente fuera de nuestro alcance. La sociedad refuerza la creencia de que la satisfacción es el resultado del éxito, la riqueza y las buenas relaciones. Sin embargo, Chopra nos enseña que lo contrario es cierto: todo el éxito en la vida es el producto de la felicidad, no la causa.

Entonces, ¿cuál es la causa? La receta de la felicidad comparte los principios espirituales de una vida basada en el yo verdadero que existe en cada uno de nosotros, un sentido que se encuentra más allá del ir y venir de la vida diaria, y unos simples ejercicios a través de los que podremos eliminar las causas de la infelicidad y alcanzar un nivel de alegría más profundo. Y después de que todas las vías hacia la felicidad se hayan explorado, sólo quedará una ruta: el viaje hacia la iluminación. En La receta de la felicidad, el intimidante reto de encontrar la felicidad se convierte accesible paso a paso.

ENGLISH DESCRIPTION 

Happiness is something everyone desires. Yet how to find happiness–or even if we deserve to–remains a mystery. Still more mysterious is the secret to a lasting happiness that cannot be taken away. In The Ultimate Happiness Prescription, bestselling author Deepak Chopra shows us seven keys to uncover the true secrets of joy in the most difficult times.


The goal of life is the expansion of happiness, he contends. But in today’s demanding world, that goal seems elusive, if not impossibly out of reach. Society reinforces the belief that fulfillment comes from achieving success, wealth, and good relationships. Yet Chopra tells us that the opposite is true: all success in life is the by-product of happiness, not the cause.

So what is the cause? The Ultimate Happiness Prescription shares spiritual principles for a life based on a sense of your “true self” lying beyond the ebb and flow of daily living. Simple daily exercises lead to eliminating the root causes of unhappiness and letting a deeper level of bliss unfold. 
After all avenues to happiness have been explored and exhausted, only one path is left: the journey to enlightenment. In The Ultimate Happiness Prescription, the daunting and exotic challenge of finding enlightenment becomes accessible step by step. We are taken on an inspiring journey to the true self, the only place untouched by trouble and misfortune.

On the way we learn the secrets for living mindfully and with effortless spontaneity. Now happiness is no longer hostage to external events but an experience we carry with us always. As Chopra inspiringly concludes, “Everything we fear in the world and want to change can be transformed through happiness, the simplest desire we have, and also the most profound.”
La felicidad más grande

La finalidad de la vida es la expansión de la felicidad. La felicidad es la meta de todas las demás metas. La mayoría cree que la felicidad es resultado del éxito, la acumulación de riquezas, la salud o las buenas relaciones interpersonales, y la presión social hace creer a muchos que estos logros equivalen a la felicidad. Sin embargo, no es así. El éxito, la riqueza, la buena salud y las relaciones enriquecedoras son consecuencias de la felicidad, no su cause.

Cuando nos sentimos felices aumentan nuestras posibilidades de hacer elecciones que nos acerquen a estas cosas, pero no funciona al revés. Todos conocemos personas que se sienten profundamente infelices aun después de acumular increíbles riquezas y alcanzar el éxito. La buena salud también puede ser objeto de negligencia o abuso, y hasta la familia más feliz puede perder su dicha al enfrentar una crisis inesperada. Las personas infelices no son exitosas, y no hay logro ni dinero alguno que pueda modificar esta ecuación.

Por esto debemos dejar de pensar en las señales externas y concentrarnos en la felicidad interior, tan buscada y tan difícil de encontrar. En los últimos años, psicólogos y estudiosos del cerebro han emprendido la primera investigación seria acerca de la felicidad. Antiguamente, la psicología se concentraba casi exclusivamente en tratar la infelicidad, de la misma forma en que la medicina interna trata la enfermedad. Pero así como en años recientes ha aumentado de manera notable la atención al bienestar y la prevención, también lo ha hecho el interés en lograr la felicidad.

Curiosamente, uno de los temas más controvertidos en el nuevo campo de la psicología positiva es si los seres humanos estamos hechos para ser felices. Quizá todos vamos en busca de una ilusión, de una fantasía alimentada por momentos de felicidad esporádicos y siempre efímeros. O quizá haya personas predispuestas genéticamente para ser felices, seres afortunados que están más allá de lo que la mayoría experimentamos: un sentimiento de satisfacción moderada, en el mejor de los casos. algunos expertos afirman que la felicidad es aleatoria, una sorpresa emocional que aparece y desaparece en un instante, como una fiesta sorpresa de cumpleaños, y que no deja huella permanente una vez que acaba.

Algunos de los científicos más destacados en el campo de la psicología positiva, en particular la profesora Sonja Lyubomirsky, Ed Diener y Martin Seligman, elaboraron lo que llaman la "fórmula de la felicidad". Dichos investigadores hallaron tres factores específicos, susceptibles de cuantificarse en una sencilla ecuación:

F = P + C + A

Felicidad = predisposición + condiciones de vida + actividades voluntarias

Ésta es una de las teorías más extendidas acerca de la felicidad, así que la analizaremos para luego mostrar una mejor manera de alcanzar la meta. Aunque apunta en la dirección correcta, la fórmula no profundiza lo suficiente para develar el auténtico secreto de la felicidad.

El primer factor, la predicposición, determina cuán felices somos por naturaleza. Las personas infelices tienen un mecanismo cerebral que interpreta las situaciones como problemas. Por su parte, las personas felices tienen un mecanismo cerebral que interpreta las mismas situaciones como oportunidades. Así, el fenómeno del "vaso medio lleno o medio vacío" tiene sus raíces en el cerebro y está "dispuesto" de tal manera que no varía mucho con el paso del tiempo. De acuerdo con los investigadores, la predispocisión determina alrededor de 40 por ciento de la experiencia de felicidad de una persona. Aparentemente, esta predisposición es en parte genética: si tus padres fueron infelices, es más probable que tú también lo seas. Sin embargo, no debemos olvidar la influencia de la infancia.

El cerebro de los niños tiene neuronas que reflejan el cerebro de los adultos que los rodean. Se dice que estas "neuronas espejo" son responsables del aprendizaje de nuevas conductas. Los pequeños no necesitan imitar a sus padres para aprender algo nuevo; les basta observarlos para que ciertas neuronas se activen de manera tal que reflejen la actividad. Por ejemplo, un bebé a quien se está destetando observa a sus padres comer. Cuando éstos toman los alimentos y los llevan a su boca, ciertas áreas de su cerebro se activan. El simple hecho de observar esta actividad hace que las mismas áreas se activen en el cerebro del niño. De esta forma, el cerbro en desarrollo aprende una nueva conducta sin tener que seguir un proceso de prueba y error.

Este modelo ya se ha demostrado en monos y se ha extendido en la teoría a los humanos. Ofrece la prueba física de algo tan misterioso como la empatía, la capacidad de sentir lo que otro siente. Algunas personas tienen esta habilidad; otros no. Unos cuantos son tan empáticos que prácticamente no toleran el sufrimiento ajeno. Estudios de resonancia electromagnética y tomografía computarizada indican que la función cerebral desempeña un papel fundamental en la empatía. Las neuronas de un niño reflejan las emociones de los adultos que lo rodean y lo hacen sentir lo que éstos sienten. Si un niño vive rodeado por adultos infelices, su sistema nervioso quedará programado para la infelicidad, aun antes de tener motivos para sentirla.

¿Por qué no todos los niños son empáticos? Porque el desarrollo cerebral es extremadamente complejo y diferente en cada bebé. Durante nuestra infancia se programaron simultáneamente toda clase de funciones cerebrales, y para algunos la empatía tuvo un papel secundario. Ésta es una desigualdad preocupante e influye en la felicidad. Podríamos pensar que si el cerebro está predeterminado —por los genes o por la infancia— para cierto gado de felicidad, no hay nada que podamos hacer para camiarlo. Sin embargo, esto sería un error, porque ni el cerebro ni los genes son estructuras estáticas; están cambiando y evolucionando a cada minuto. Nuestros genes reciben constantemente la influencia de nuevas experiencias. Cada una de nuestras elecciones envía señales químicas que atraviesan el cerebro, incluyendo la elección de ser feliz, y cada señal moldea el cerebro año tras año.

Las investigaciones muestran que, en términos generales, la predisposición del cerebro puede modificarse mediante:

Medicamentos para levantar el ánimo; funcionan sólo en el corto plazo y tienen efectos secundarios.

Terapia cognitiva, que transforma el cerebro mediante la modificación de creencias limitadoras. Todos nos decimos a nosotros mismos palabras que provocan infelicidd. La repetición constante de una creencia negativa (soy una víctima, nadie me quiere, la vida es injusta, hay algo malo en mí) desarrolla vías nerviosas que refuerzan la negatividad al convertirla en una manera habitual de pensar. Dichas creencias pueden remplazarse con otras no sólo más positivas sino más acordes con la realidad (si fui una víctima no tengo por qué seguir siéndolo; puedo encontrar el amor si elijo lugares mejores para buscarlo). Al tratar pacientes cuya vida está dominada por creencias negativas, los psicólogicos han descubierto que la alteración de creencias fundamentales es tan eficaz como los medicamentos para modificar la química cerebral.

Meditación, que produce en el cerebro numerosas alteraciones positivas. Los efectos físicos de permanecer quietos y volcarse al interior son inconmensurables. La resolución del enigma tomó mucho tiempo. Los investigadores tuvieron que luchar contra el prejuicio occidental acerca de que la meditación pertenecía al terreno del misticismo o que era, en el mejor de los casos, una especie de práctica religiosa. Hoy sabemos que activa la corteza prefontal, sede del pensamiento elevado, y que fomenta la liberación de neurotransmisores como la dopamina, la serotonina, la oxitocina y los opiáceos cerebrales. Cada uno de estos químicos naturales del cerebro se relaciona con distintos aspectos de la felicidad. La dopamina es un antidepresivo; la serotonina aumenta la autoestima; la oxitocina es conocida como la hormona del placer (sus niveles aumentan también durante la excitación sexual); los opiáceos actúan como analgésicos y son responsables de la euforia que sigue al ejercicio físico. Queda claro que la meditación, por producir niveles elevados de estos neurotransmisores, es una maner más eficaz para modificar la predisposición del cerebro. Además, ningún medicamento puede coordinar por sí solo la liberación de todas estas sustancias.
Deepak Chopra es autor de más de cincuenta libros que han sido traducidos a más de treinta y cinco idiomas. Entre ellos se encuentran numerosos bestsellers de The New York Times, tanto de ficción como de no ficción.

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“Todo lo que tememos y deseamos cambiar puede transformarse mediante la felicidad, nuestro más simple anhelo y también el más profundo”. –Deepak Chopra
 
La felicidad es algo que todos deseamos, pero cómo encontrarla sigue siendo un misterio. En La receta de la felicidad, Deepak Chopra nos muestra siete claves para descubrir los verdaderos secretos de la alegría, llevándonos en un inspirador viaje hacia nuestro yo verdadero, el único lugar indiferente a los problemas y las desgracias.
 
“La finalidad de la vida es la expansión de la felicidad”, nos dice Chopra. Pero en el exigente mundo de hoy, lograr esta meta puede parecer difícil, si no completamente fuera de nuestro alcance. La sociedad refuerza la creencia de que la satisfacción es el resultado del éxito, la riqueza y las buenas relaciones. Sin embargo, Chopra nos enseña que lo contrario es cierto: todo el éxito en la vida es el producto de la felicidad, no la causa.

Entonces, ¿cuál es la causa? La receta de la felicidad comparte los principios espirituales de una vida basada en el yo verdadero que existe en cada uno de nosotros, un sentido que se encuentra más allá del ir y venir de la vida diaria, y unos simples ejercicios a través de los que podremos eliminar las causas de la infelicidad y alcanzar un nivel de alegría más profundo. Y después de que todas las vías hacia la felicidad se hayan explorado, sólo quedará una ruta: el viaje hacia la iluminación. En La receta de la felicidad, el intimidante reto de encontrar la felicidad se convierte accesible paso a paso.

ENGLISH DESCRIPTION 

Happiness is something everyone desires. Yet how to find happiness–or even if we deserve to–remains a mystery. Still more mysterious is the secret to a lasting happiness that cannot be taken away. In The Ultimate Happiness Prescription, bestselling author Deepak Chopra shows us seven keys to uncover the true secrets of joy in the most difficult times.


The goal of life is the expansion of happiness, he contends. But in today’s demanding world, that goal seems elusive, if not impossibly out of reach. Society reinforces the belief that fulfillment comes from achieving success, wealth, and good relationships. Yet Chopra tells us that the opposite is true: all success in life is the by-product of happiness, not the cause.

So what is the cause? The Ultimate Happiness Prescription shares spiritual principles for a life based on a sense of your “true self” lying beyond the ebb and flow of daily living. Simple daily exercises lead to eliminating the root causes of unhappiness and letting a deeper level of bliss unfold. 
After all avenues to happiness have been explored and exhausted, only one path is left: the journey to enlightenment. In The Ultimate Happiness Prescription, the daunting and exotic challenge of finding enlightenment becomes accessible step by step. We are taken on an inspiring journey to the true self, the only place untouched by trouble and misfortune.

On the way we learn the secrets for living mindfully and with effortless spontaneity. Now happiness is no longer hostage to external events but an experience we carry with us always. As Chopra inspiringly concludes, “Everything we fear in the world and want to change can be transformed through happiness, the simplest desire we have, and also the most profound.”

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La felicidad más grande

La finalidad de la vida es la expansión de la felicidad. La felicidad es la meta de todas las demás metas. La mayoría cree que la felicidad es resultado del éxito, la acumulación de riquezas, la salud o las buenas relaciones interpersonales, y la presión social hace creer a muchos que estos logros equivalen a la felicidad. Sin embargo, no es así. El éxito, la riqueza, la buena salud y las relaciones enriquecedoras son consecuencias de la felicidad, no su cause.

Cuando nos sentimos felices aumentan nuestras posibilidades de hacer elecciones que nos acerquen a estas cosas, pero no funciona al revés. Todos conocemos personas que se sienten profundamente infelices aun después de acumular increíbles riquezas y alcanzar el éxito. La buena salud también puede ser objeto de negligencia o abuso, y hasta la familia más feliz puede perder su dicha al enfrentar una crisis inesperada. Las personas infelices no son exitosas, y no hay logro ni dinero alguno que pueda modificar esta ecuación.

Por esto debemos dejar de pensar en las señales externas y concentrarnos en la felicidad interior, tan buscada y tan difícil de encontrar. En los últimos años, psicólogos y estudiosos del cerebro han emprendido la primera investigación seria acerca de la felicidad. Antiguamente, la psicología se concentraba casi exclusivamente en tratar la infelicidad, de la misma forma en que la medicina interna trata la enfermedad. Pero así como en años recientes ha aumentado de manera notable la atención al bienestar y la prevención, también lo ha hecho el interés en lograr la felicidad.

Curiosamente, uno de los temas más controvertidos en el nuevo campo de la psicología positiva es si los seres humanos estamos hechos para ser felices. Quizá todos vamos en busca de una ilusión, de una fantasía alimentada por momentos de felicidad esporádicos y siempre efímeros. O quizá haya personas predispuestas genéticamente para ser felices, seres afortunados que están más allá de lo que la mayoría experimentamos: un sentimiento de satisfacción moderada, en el mejor de los casos. algunos expertos afirman que la felicidad es aleatoria, una sorpresa emocional que aparece y desaparece en un instante, como una fiesta sorpresa de cumpleaños, y que no deja huella permanente una vez que acaba.

Algunos de los científicos más destacados en el campo de la psicología positiva, en particular la profesora Sonja Lyubomirsky, Ed Diener y Martin Seligman, elaboraron lo que llaman la "fórmula de la felicidad". Dichos investigadores hallaron tres factores específicos, susceptibles de cuantificarse en una sencilla ecuación:

F = P + C + A

Felicidad = predisposición + condiciones de vida + actividades voluntarias

Ésta es una de las teorías más extendidas acerca de la felicidad, así que la analizaremos para luego mostrar una mejor manera de alcanzar la meta. Aunque apunta en la dirección correcta, la fórmula no profundiza lo suficiente para develar el auténtico secreto de la felicidad.

El primer factor, la predicposición, determina cuán felices somos por naturaleza. Las personas infelices tienen un mecanismo cerebral que interpreta las situaciones como problemas. Por su parte, las personas felices tienen un mecanismo cerebral que interpreta las mismas situaciones como oportunidades. Así, el fenómeno del "vaso medio lleno o medio vacío" tiene sus raíces en el cerebro y está "dispuesto" de tal manera que no varía mucho con el paso del tiempo. De acuerdo con los investigadores, la predispocisión determina alrededor de 40 por ciento de la experiencia de felicidad de una persona. Aparentemente, esta predisposición es en parte genética: si tus padres fueron infelices, es más probable que tú también lo seas. Sin embargo, no debemos olvidar la influencia de la infancia.

El cerebro de los niños tiene neuronas que reflejan el cerebro de los adultos que los rodean. Se dice que estas "neuronas espejo" son responsables del aprendizaje de nuevas conductas. Los pequeños no necesitan imitar a sus padres para aprender algo nuevo; les basta observarlos para que ciertas neuronas se activen de manera tal que reflejen la actividad. Por ejemplo, un bebé a quien se está destetando observa a sus padres comer. Cuando éstos toman los alimentos y los llevan a su boca, ciertas áreas de su cerebro se activan. El simple hecho de observar esta actividad hace que las mismas áreas se activen en el cerebro del niño. De esta forma, el cerbro en desarrollo aprende una nueva conducta sin tener que seguir un proceso de prueba y error.

Este modelo ya se ha demostrado en monos y se ha extendido en la teoría a los humanos. Ofrece la prueba física de algo tan misterioso como la empatía, la capacidad de sentir lo que otro siente. Algunas personas tienen esta habilidad; otros no. Unos cuantos son tan empáticos que prácticamente no toleran el sufrimiento ajeno. Estudios de resonancia electromagnética y tomografía computarizada indican que la función cerebral desempeña un papel fundamental en la empatía. Las neuronas de un niño reflejan las emociones de los adultos que lo rodean y lo hacen sentir lo que éstos sienten. Si un niño vive rodeado por adultos infelices, su sistema nervioso quedará programado para la infelicidad, aun antes de tener motivos para sentirla.

¿Por qué no todos los niños son empáticos? Porque el desarrollo cerebral es extremadamente complejo y diferente en cada bebé. Durante nuestra infancia se programaron simultáneamente toda clase de funciones cerebrales, y para algunos la empatía tuvo un papel secundario. Ésta es una desigualdad preocupante e influye en la felicidad. Podríamos pensar que si el cerebro está predeterminado —por los genes o por la infancia— para cierto gado de felicidad, no hay nada que podamos hacer para camiarlo. Sin embargo, esto sería un error, porque ni el cerebro ni los genes son estructuras estáticas; están cambiando y evolucionando a cada minuto. Nuestros genes reciben constantemente la influencia de nuevas experiencias. Cada una de nuestras elecciones envía señales químicas que atraviesan el cerebro, incluyendo la elección de ser feliz, y cada señal moldea el cerebro año tras año.

Las investigaciones muestran que, en términos generales, la predisposición del cerebro puede modificarse mediante:

Medicamentos para levantar el ánimo; funcionan sólo en el corto plazo y tienen efectos secundarios.

Terapia cognitiva, que transforma el cerebro mediante la modificación de creencias limitadoras. Todos nos decimos a nosotros mismos palabras que provocan infelicidd. La repetición constante de una creencia negativa (soy una víctima, nadie me quiere, la vida es injusta, hay algo malo en mí) desarrolla vías nerviosas que refuerzan la negatividad al convertirla en una manera habitual de pensar. Dichas creencias pueden remplazarse con otras no sólo más positivas sino más acordes con la realidad (si fui una víctima no tengo por qué seguir siéndolo; puedo encontrar el amor si elijo lugares mejores para buscarlo). Al tratar pacientes cuya vida está dominada por creencias negativas, los psicólogicos han descubierto que la alteración de creencias fundamentales es tan eficaz como los medicamentos para modificar la química cerebral.

Meditación, que produce en el cerebro numerosas alteraciones positivas. Los efectos físicos de permanecer quietos y volcarse al interior son inconmensurables. La resolución del enigma tomó mucho tiempo. Los investigadores tuvieron que luchar contra el prejuicio occidental acerca de que la meditación pertenecía al terreno del misticismo o que era, en el mejor de los casos, una especie de práctica religiosa. Hoy sabemos que activa la corteza prefontal, sede del pensamiento elevado, y que fomenta la liberación de neurotransmisores como la dopamina, la serotonina, la oxitocina y los opiáceos cerebrales. Cada uno de estos químicos naturales del cerebro se relaciona con distintos aspectos de la felicidad. La dopamina es un antidepresivo; la serotonina aumenta la autoestima; la oxitocina es conocida como la hormona del placer (sus niveles aumentan también durante la excitación sexual); los opiáceos actúan como analgésicos y son responsables de la euforia que sigue al ejercicio físico. Queda claro que la meditación, por producir niveles elevados de estos neurotransmisores, es una maner más eficaz para modificar la predisposición del cerebro. Además, ningún medicamento puede coordinar por sí solo la liberación de todas estas sustancias.

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Deepak Chopra es autor de más de cincuenta libros que han sido traducidos a más de treinta y cinco idiomas. Entre ellos se encuentran numerosos bestsellers de The New York Times, tanto de ficción como de no ficción.